El próximo 9 de junio se inaugura «Bajo la forma del postre», una exposición comisariada por Demetrio Salces para la Sala Alta (Casa del Inca Garcilaso de la Vega)  en Montilla, Córdoba, en la que tengo el enorme placer de participar junto a Clara Gómez, Claudia Frau y Eugenio Rivas.

 

Bajo la forma del postre se plantea como un proyecto expositivo que, al mismo tiempo que busca la sencillez desde lo visual, indaga en una significación encauzada a la poesía y a lo vital como mensaje. Con el postre como elemento protagonista, la muestra reúne a cuatro artistas, en torno alos 30 años, que vienen trabajando en el ámbito artístico nacional. Todos han utilizado, en algún momento de su trayectoria, la idea del postre para expresar inquietudes, buscando sostén en las cualidades simbólicas, de forma o de color que el tema pueda ofrecer.
La obra de Eugenio Rivas (Puente Genil, 1982) se ha nutrido con la poderosa imagen de helados derritiéndose. Este ha sido el elemento protagonista en series como Maybe Late For Salvation o IceCream Dogs, donde el uso del color, el tamaño y las formas del helado se han fusionado con la presencia del tiempo, la fugacidad de la vida y los momentos dulces como mensajes de fondo. Por su parte, Rafael Jiménez (Córdoba, 1989), usando la plastilina como material para expresarse, recurre en su bodegones a las frutas en proceso de putrefacción para explorar así las posibilidadesdel color. Este proceso de experimentación proviene de After-Karst, proyecto con el que el artista toma interés por el estudio de la historia y la distorsión de la memoria. Para Clara Gómez (Córdoba,1990) la comida ha sido el eje conceptual, incluidos los postres, para sus propuestas artísticas.
Desde su serie Supermercado-Paraíso, con piezas donde aparecen los alimentos como elementos extraños e icónicos de la contemporaneidad, donde además la presencia del tiempo se presenta como articulación entre la tradición y la época actual, entraremos en un juego agridulce, junto a las frutas, galletas y refrescos, aparece la imagen de la mujer joven actuando, a modo de recurso publicitario, como si se tratase de un postre en un cartel de carretera. Y desde el propio impacto visual, las instalaciones de Claudia Frau (Madrid, 1987) las podemos definir como rotundas y poéticas. En su obra encontramos cantidad de ejemplos, con procesos in situ, donde la fruta y lo perecedero como condición son los protagonistas: las piezas de fruta se van pudriendo y secando durante el tiempo en el que transcurre la muestra, llegando a un punto en el que la obra adquiere su mayor dramatismo. En esta exposición encontraremos, Te amo/Te odio, en forma de documento y Together Forever, donde los lazos sentimentales, las conexiones y las relaciones surgen como mensajes paralelos; interviniendo el dolor y la pasión, la plenitud y la muerte.

Demetrio Salces, comisario de la exposición (extracto de la hoja de sala).